18 ago 2008

ES MOMENTO DE LUCHAR POR LO NUESTRO

Editorial EL MORTERO Nº 28 - Encuentro Sindical de Base

El fracaso inesperado en el Senado del proyecto oficialista sobre las retenciones móviles a la exportación de la soja y el girasol, profundiza la crisis del gobierno kirchnerista y expone a las claras el fiasco estrepitoso de su proyecto político, la llamada Concertación plural. La resolución del Senado, terminada de definir por el Vicepresidente Cobos a favor de la oposición de derecha tras alcanzarse un empate en la votación, fue la culminación de un espectáculo vergonzoso que refleja la naturaleza corrupta y fraudulenta de la democracia burguesa, de sus instituciones, y de los partidos políticos que las sustentan.
La votación final del Senado supone un avance político para la oposición de derecha, que sale fortalecida a expensas de un oficialismo que entra en una crisis prolongada, con algunos elementos de descomposición.
La naturaleza del conflicto del campo queda perfectamente resumida en la persona de Alfredo De Angeli, el nuevo "héroe" de la pequeña burguesía argentina.
Según él mismo reconoce, ingresa 100.000 pesos al semestre (unos 17.000 pesos mensuales) y durante la protesta agraria dispuso de un avión privado pagado por los terratenientes de CARBAP (la sucursal de la reaccionaria Confederación Rural Argentina-CRA- en las provincias de Buenos Aires y La Pampa ) para que pudiera visitar los piquetes rurales en todo el país. Declaró públicamente que el que quiera comer lomo de vaca lo pague a $80 el kilo, porque es partidario de la exportación irrestricta de carne para enriquecer a los ganaderos antes que de la alimentación decente y a precios asequibles del pueblo trabajador.
En estas semanas mostró públicamente su admiración por Carrió y Rodríguez Saá.
En su momento, la burguesía consideró al kirchnerismo como una salida de emergencia tras el terremoto del 2001. Pese a que el kirchnerismo se mostró un perfecto garante de los intereses empresarios, a los grandes capitalistas siempre les molestó sus intentos de tratar de regular la ganancia de los sectores agroindustriales, bancos y privatizadas, con el fin de amortiguar las contradicciones sociales y evitar nuevos estallidos sociales; así como el otorgamiento de determinadas concesiones en materia de derechos humanos, pensiones y gastos sociales que consideran excesivas, lo mismo que su diálogo fluido con la CGT. Claro está que la política del kirchnerismo pudo funcionar en el contexto de un auge económico importante y relativa calma social. El desaceleramiento económico (que tiene su origen en la economía mundial), el crecimiento de los pagos de la deuda externa, y la escalada de los precios está socavando todo el andamiaje económico del gobierno, y también el amplio consenso social que exhibió hasta hace unos meses, y no satisface ni a los capitalistas ni a los trabajadores.

La crisis del gobierno y la oligarquía terrateniente
A partir de la devaluación del año 2002, en nuestro país se consolidó un modelo económico orientado hacia los sectores exportadores, en especial de materias primas o con poco procesamiento. El dólar caro promovió una transferencia de ingresos desde los trabajadores hacia los sectores exportadores agropecuarios e industriales, que aumentaron su competitividad tras la devaluación. Las retenciones a las exportaciones, y sobre todo a las agropecuarias, son un pilar central de la política económica del gobierno kirchnerista, ya que permiten diferenciar los precios en dólares en el mercado internacional, del precio que paga un trabajador en el mercado interno. Esto le permite al gobierno, "controlar" la inflación -y de paso moderar los reclamos salariales- y acrecentar la recaudación mediante las retensiones móviles. Con esta enorme masa de dinero el gobierno busca acumular reservas para estabilizar el modelo económico, mantener el dólar 3 a 1, "aislarse de la crisis internacional", pagar puntualmente la deuda externa, hacer negociados como el del tren bala, o subsidiar sectores industriales o de servicios. Al no ser coparticipables (la provincia que produce no se queda con ningún porcentaje de lo recaudado por las retenciones) se las queda el estado nacional con lo que el gobierno maneja la caja que le permite disciplinar a los gobernadores y manejar los aparatos políticos provinciales a voluntad.
El aumento de los precios de las materias primas (que es lo que exporta principalmente nuestro país), aumentó el flujo de divisas para los países exportadores como Argentina, provocando el "furor" de la agricultura. Esto promovió el proceso de "sojización", el desplazamiento de la ganadería y el desmonte de bosques nativos. Es decir que cada vez hay más soja y menos vacas y bosques.
Este aumento sostenido generó una enorme masa de dinero extra que está en el centro de la disputa del gobierno K y las empresas agroexportadoras.
Con las retenciones móviles los enormes márgenes de rentabilidad agraria seguían en aumento, la rentabilidad hubiese seguido siendo casi un 50% superior a la del año pasado.
Las cuatro organizaciones sectoriales del agro no tardaron en responder y declararon un lockout patronal con cortes de ruta que han provocado desabastecimiento en las ciudades y suspensiones y despidos en industrias vinculadas al sector.
El gobierno, en búsqueda de mayor legitimidad envió un proyecto al congreso donde fue rechazado.
Pero eso no significa que el proyecto del gobierno y el del campo sean lo mismo. Para los trabajadores, que el Estado se apropie de una parte de las ganancias extraordinarias de un sector, al que cada día le va mejor, es necesario porque regula los precios internos, es decir nuestros bolsillos. Pero también es cierto que esa plata debe volver al pueblo efectivamente.
En esta disputa por el reparto de la torta, los que pagamos somos los trabajadores. Nuestros intereses como clase no son ni los de los patrones del campo ni los del gobierno K. En todos los debates nuestros intereses brillaban por su ausencia y lamentablemente no pudimos como clase poner sobre el escenario nuestras verdaderas reivindicaciones.
Desde que comenzó el conflicto los pecios no pararon de subir. Los/as trabajadores/as necesitamos la apertura de paritarias donde discutir mejores condiciones de trabajo y un aumento salarial. Quienes trabajamos en negro necesitamos la efectivización. Necesitamos más dinero para salud y educación.

La situación de los trabajadores
Actualmente los trabajadores nos encontramos en una posición defensiva, donde las patronales están tratando de avanzar sobre nuestras conquistas. Para ello cuentan con el representante político de sus intereses, el gobierno K y con la ayuda incondicional de las burocracias sindicales. El Pacto Social representa esa alianza.
En este escenario surgieron pequeñas experiencias de organización y lucha que buscan resistir al pacto social que si bien muchas de ellas son defensivas han logrado ser la expresión de los mayores niveles de acumulación de fuerza que hemos logrado los trabajadores. No podemos obviar que muchas de ellas han dejado una derrota para los trabajadores, otras están en curso desarrollándose y buscando su consolidación.
Lo cierto es que el gobierno ha tenido que recurrir a la violencia más brutal sea ejercida por las fuerzas represivas o por el accionar de patotas burocráticas.
Si bien no se puede generalizar el estado de situación de la clase a partir de estas experiencias si debemos reconocer que ellas son expresión del surgimiento de un nuevo activismo sindical democrático, combativo y con principios clasistas.
A su vez, es de prever que en los próximos meses los trabajadores salgan a enfrentar la inflación y la situación de precariedad a través de la lucha sindical, con las limitaciones que tenemos como clase actualmente (fragmentación, aislamiento, falta de organización, etc) pero contando con ciertos elementos a favor: nuevos trabajadores jóvenes y crecimiento del empleo.

Nuestras tareas
Los trabajadores estamos atravesando una etapa de la lucha de clases, donde debemos acumular fuerzas, es decir dar una salto cuantitativo y cualitativo que nos permita estar en mejores condiciones para salir a dar la pelea por nuestras reivindicaciones inmediatas y preparar el camino que nos conduzca a la liberación de nuestra clase de la explotación capitalista. Confiamos plenamente en la fuerza de la clase trabajadora cuando se pone en marcha con decisión.
* Contra la inflación patronal, luchemos por un salario igual a la canasta familiar
* Reapertura de paritarias, basta de precarización y trabajo en negro
* Contra los ricos del campo y la ciudad, unidad de los trabajadores y el pueblo


"¡Contra la inflación patronal. Luchemos por un salario igual a la canasta familiar!"
"Reapertura de las paritarias, basta de precarización y trabajo en negro"
"¡Contra los ricos del campo y la ciudad, unidad de los trabajadores y el pueblo!"

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