Ahora el periodismo descubrió América, descubrió que los prostíbulos los regentea la policía cuando hace unos años con cámara oculta salió en TV como la comisaría 50 lo hacía y ni cleto dijo ni mu.
Hay un clamor desgarrador de las madres que ven desaparecer a sus hijas en plena democracia y el periodismo sigue haciéndose el desentendido.
Tiene que explotar un caso así para que le dediquen una semana a lo sumo. Eso sí, por la retenciones casi voltean un gobierno.
FUNCIONAN CERCA DE LA JEFATURA POLICIAL
Los puticlubs pagan $ 800.000 de coima por protección policial
Un enorme negocio de corrupción se desarrolla en los locales denunciados por facilitar la prostitución. Apuntan a los jefes de las comisarías 4ª y 16ª. Cómo se organiza el sistema de recaudación. Mauro Federico y Claudio Mardones.
08:50
Mauro Federico y Claudio Mardones
10.08.2008
Los boliches de la zona roja vecina al Departamento Central de la Federal, escrachados el martes pasado por vecinos de Monserrat y Constitución, tienen protección policial por la que abonan unos 800 mil pesos mensuales. El cálculo surge de datos suministrados por fuentes policiales, legislativas y el testimonio de vecinos, trabajadoras sexuales y propietarios de locales nocturnos. Las comisarías más comprometidas son la 4ª y la 16ª, según la denuncia penal formulada ante la Justicia por diputados nacionales y legisladores porteños. A pesar del escándalo, la mayoría de los negocios continúa funcionando con normalidad. “La complicidad con sectores policiales y políticos es evidente”, dijo la diputada Fernanda Gil Lozano, una de las impulsoras de la causa judicial a cargo de Norberto Oyarbide.La recaudación es realizada semanalmente por las brigadas de las comisarías en base a una tarifa acorde con la “categoría del negocio”, la cantidad de mujeres que trabajan, su procedencia y los hechos ilícitos que se efectúan en sus instalaciones. “No se le cobra lo mismo a un boliche chico con tres putas que vienen de Florencio Varela y cinco parroquianos tomando una birra, que a un pub donde hay mujeres extranjeras, clientela tomando whisky caro y se vende falopa”, confió a este diario una alta fuente policial. Desde la organización gremial que nuclea a las trabajadoras sexuales porteñas –AMMAR– su secretaria de Acción Social, Silvia Izquierdo, aportó datos claves para reconstruir el circuito recaudatorio. “Hay entre 10 y 15 compañeras por local trabajando en dos turnos, de 6 a 20 y de 20 a 6, el boliche retiene un 80 por ciento de lo que factura cada trabajadora sexual y además se queda con la recaudación de la barra”, detalló.Aunque en la zona los puticlubs son moneda corriente, son varios los vecinos de Monserrat y Constitución que notan “un crecimiento de la violencia y la impunidad en las calles, a partir de la aparición de grupos mafiosos que pretenden instalarse para controlar el negocio de los estupefacientes”, dijo Raúl Sosa, que vive a dos cuadras del Departamento Central de Policía. “La prostitución sirve como pantalla y cebo para la comercialización de droga, que en la Capital Federal es organizada por el Cartel de Juárez, proveniente de México, un cartel peruano, que controla la villa 1.11.14, un incipiente cartel colombiano y otro dominicano cuyas operaciones ya fueron denunciadas”, aseguró un ex funcionario de la Secretaria de Seguridad porteña.
Hay un clamor desgarrador de las madres que ven desaparecer a sus hijas en plena democracia y el periodismo sigue haciéndose el desentendido.
Tiene que explotar un caso así para que le dediquen una semana a lo sumo. Eso sí, por la retenciones casi voltean un gobierno.
FUNCIONAN CERCA DE LA JEFATURA POLICIAL
Los puticlubs pagan $ 800.000 de coima por protección policial
Un enorme negocio de corrupción se desarrolla en los locales denunciados por facilitar la prostitución. Apuntan a los jefes de las comisarías 4ª y 16ª. Cómo se organiza el sistema de recaudación. Mauro Federico y Claudio Mardones.
08:50
Mauro Federico y Claudio Mardones
10.08.2008
Los boliches de la zona roja vecina al Departamento Central de la Federal, escrachados el martes pasado por vecinos de Monserrat y Constitución, tienen protección policial por la que abonan unos 800 mil pesos mensuales. El cálculo surge de datos suministrados por fuentes policiales, legislativas y el testimonio de vecinos, trabajadoras sexuales y propietarios de locales nocturnos. Las comisarías más comprometidas son la 4ª y la 16ª, según la denuncia penal formulada ante la Justicia por diputados nacionales y legisladores porteños. A pesar del escándalo, la mayoría de los negocios continúa funcionando con normalidad. “La complicidad con sectores policiales y políticos es evidente”, dijo la diputada Fernanda Gil Lozano, una de las impulsoras de la causa judicial a cargo de Norberto Oyarbide.La recaudación es realizada semanalmente por las brigadas de las comisarías en base a una tarifa acorde con la “categoría del negocio”, la cantidad de mujeres que trabajan, su procedencia y los hechos ilícitos que se efectúan en sus instalaciones. “No se le cobra lo mismo a un boliche chico con tres putas que vienen de Florencio Varela y cinco parroquianos tomando una birra, que a un pub donde hay mujeres extranjeras, clientela tomando whisky caro y se vende falopa”, confió a este diario una alta fuente policial. Desde la organización gremial que nuclea a las trabajadoras sexuales porteñas –AMMAR– su secretaria de Acción Social, Silvia Izquierdo, aportó datos claves para reconstruir el circuito recaudatorio. “Hay entre 10 y 15 compañeras por local trabajando en dos turnos, de 6 a 20 y de 20 a 6, el boliche retiene un 80 por ciento de lo que factura cada trabajadora sexual y además se queda con la recaudación de la barra”, detalló.Aunque en la zona los puticlubs son moneda corriente, son varios los vecinos de Monserrat y Constitución que notan “un crecimiento de la violencia y la impunidad en las calles, a partir de la aparición de grupos mafiosos que pretenden instalarse para controlar el negocio de los estupefacientes”, dijo Raúl Sosa, que vive a dos cuadras del Departamento Central de Policía. “La prostitución sirve como pantalla y cebo para la comercialización de droga, que en la Capital Federal es organizada por el Cartel de Juárez, proveniente de México, un cartel peruano, que controla la villa 1.11.14, un incipiente cartel colombiano y otro dominicano cuyas operaciones ya fueron denunciadas”, aseguró un ex funcionario de la Secretaria de Seguridad porteña.
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